Apenas habían transcurrido un par de meses de 2020, los ciudadanos no podíamos ni sospechar lo que nos deparaba el año, no se veían mascarillas por las calles, los muertos no se contaban por decenas de miles y la palabra ‘confinamiento’ no formaba parte de nuestro lenguaje diario. Sin embargo, el 4 de febrero, una semana antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) bautizara a un nuevo coronavirus como Covid-19, la patronal de la industria farmacéutica europea Efpia –a la que pertenece Farmaindustria– ya había movilizado a todas sus compañías asociadas para que identificaran qué tratamientos ya utilizados o en investigación podrían ser eficaces para frenar el brote de este virus y poner todos estos datos en común. Un mes después estos gigantes de la salud probaban hasta 30 antivirales y cuatro de ellos se embarcaban en una carrera investigadora nunca antes vista para dar con la vacuna capaz de frenar la hecatombe sanitaria que estaba aún por llegar. Y todo esto sin parar de trabajar en el resto de campos, y es que, aunque el coronavirus acechara, la gente seguía necesitando remedio para otras muchas enfermedades.
Laboratorios farmacéuticos de todo el mundo se unieron para que hoy, nueve meses después, podamos decir que se están investigando más de 300 medicamentos frente a la Covid-19 y los últimos datos de la OMS muestran que se están considerando 201 vacunas, de las que 45 se encuentran en fase clínica de investigación –probándose en humanos- y, de ellas, diez están en la fase III, la última de las etapas necesarias. En España, las 141 empresas farmacéuticas asociadas a Farmaindustria se han organizado para trabajar codo con codo en torno a los cuatro grandes frentes que han surgido como consecuencia de la pandemia: garantizar el suministro tanto de los medicamentos que se han utilizado contra la enfermedad en los hospitales como de los que necesitaban cada día los millones de ciudadanos para controlar su enfermedad; investigar con sus equipos científicos un posible medicamento o vacuna contra la Covid-19; normalizar la actividad en los ensayos clínicos en marcha con otras patologías y acelerar la puesta en marcha de los relacionados con potenciales tratamientos contra el coronavirus, y ayudar a los servicios de salud, hospitales y demás organizaciones que trabajaban sobre el terreno para contener la infección y tratar a los pacientes. De esta manera, estas compañías españolas se han erigido líderes de lo que ya se ha considerado la mayor carrera investigadora de la historia, un reto inaudito para la industria farmacéutica asentada en nuestro país.
España cuenta con 160 plantas de producción farmacéutica, de las que 82 se dedican exclusivamente a la fabricación de medicamentos de uso humano, el primer reto fue mantenerlas abiertas y funcionando a pleno rendimiento en pleno estado de alarma. Lo lograron siendo conscientes de que había que considerar a esta industria como un servicio esencial, algo que se rebeló fundamental para garantizar el abastecimiento de medicamentos. No hay que olvidar que alrededor de 25 millones de personas toman al menos un medicamento al día en nuestro país para combatir o controlar una infinidad de patologías. Esas medicinas hay que producirlas, envasarlas, distribuirlas y asegurarse de que llegan hasta al último lugar de España.
A la producción habitual para estos 25 millones de ‘demandantes’, desde marzo hubo que sumar las necesidades de los enfermos de la Covid19. Miles de personas que provocaron una sobre demanda. A modo de respuesta estas plantas lograron duplicar o triplicar su producción durante la pandemia y ampliaron sus turnos para poder estar en funcionamiento durante las 24 horas los 7 días de la semana y así poder aumentar la fabricación de material y medicamentos considerados críticos o esenciales en las UCI de los hospitales que han luchado contra la Covid19.
El stock de seguridad, la previsión que hacen los laboratorios de unidades en almacén de cada medicamento, ha sido otra de las claves en la lucha por mantener y garantizar el suministro. Gracias a esto, no ha habido ningún problema serio de desabastecimiento en las farmacias, quitando alguna tensión puntual y que se ha subsanado a la mayor brevedad. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), ha sido el organismo encargado de coordinar a los diferentes laboratorios para asegurar este flujo constante.
Farmaindustria, como miembro de la Federación Europea de Asociaciones de la Industria Farmacéutica (Efpia), también mantuvo en todo momento la comunicación con los socios europeos para conocer el estado de los suministros de medicamentos en toda la Unión Europea. La interlocución en este periodo también fue continua con las otras organizaciones implicadas en la cadena del suministro en España, como el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, la Federación de Distribuidores Farmacéuticos y la Asociación Española de Medicamentos Genéricos.
Tal y cómo hemos mencionado al principio de estas líneas, la coordinación sin precedentes de la industria farmacéutica para buscar medicamentos que tuvieran acción contra la Covid19 y la búsqueda de una vacuna efectiva, se convirtió en un hecho desde mucho antes de que los ciudadanos fueran conscientes de la pandemia que se avecinaba. Algo que se materializó gracias a la colaboración que varios laboratorios farmacéuticos iniciaron con centros públicos dentro del programa europeo de colaboración público-privada IMI.
El programa IMI (Iniciativa de Medicamentos Innovadores) es el proyecto de colaboración público-privada más grande del mundo en salud. Está financiado al 50% entre la Comisión Europea y la propia Efpia, y en los últimos diez años ha hecho posibles inversiones por más de 5.300 millones de euros e impulsado 107 proyectos público-privados para el fomento de la I+D de medicamentos innovadores en Europa. En el caso de la última epidemia de ébola, esta iniciativa consiguió descubrir y poner a disposición de las autoridades dos vacunas y cuatro test de diagnóstico. Actualmente, este proyecto ha puesto a disposición de investigadores de toda Europa un fondo de 117 millones de euros.
Ha sido gracias a esa colaboración sin precedentes entre las empresas privadas y las públicas que hoy podamos estar más cerca de vencer al virus y que se hayan podido poner en marcha un gran número de ensayos clínicos en un muy corto espacio de tiempo. Por supuesto siempre respetando las fases lógicas y necesarias que todo medicamento debe superar.
Según la información recopilada por la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (Ifpma) -que representa a las compañías y asociaciones farmacéuticas basadas en investigación de todo el mundo y a la que pertenece la patronal española Farmaindustria- a comienzos de noviembre se están investigando en todo el mundo más de 300 medicamentos frente a la Covid-19. Estos van desde antipalúdicos y antivirales hasta medicamentos antiinflamatorios y tratamientos a base de plasma. De estos 60% son tratamientos reutilizados y un 40% tratamientos novedosos. Según los datos de Ifpma, al menos hay 25 compañías farmacéuticas pertenecientes a la patronal mundial inmersas en estas investigaciones.
Sin duda el fin de esta carrera de investigación es dar con una vacuna eficaz y, según la OMS, actualmente hay registradas hasta la fecha un total de 201 vacunas candidatas en investigación. De este número, hasta 45 proyectos se encuentran en fase clínica, es decir, con ensayos en humanos, mientras que las otras 156 candidatas se encuentran en fase preclínica.
En el momento en que alguna de las candidatas consiga superar todos los ensayos clínicos, las compañías farmacéuticas se han comprometido que sea asequible y está disponible para todo el mundo.
La compañía farmacéutica Janssen ha hecho, gracias al desarrollo del ensayo clínico en nuestro país de una de las vacunas que se están investigando, que los ojos del mundo se vuelvan hacia tres de los mayores hospitales españoles. La Paz y La Princesa en Madrid y Marqués de Valdecilla en Santander estudian ya el rango de dosis e intervalos de vacunación de la vacuna denominada Ad26.COV2. El ensayo corresponde a la fase II –de las tres que se realizan en humanos- y participarán adultos sanos de 18 a 55 años inclusive y adultos de 65 años en adelante. Los hospitales españoles aportarán 190 pacientes del total de 550 personas que participarán en este ensayo.
Mientras se prueban las posibles vacunas contra la Covid19 no hay que olvidar que la industria farmacéutica mantiene en fases de investigación y pruebas muchos otros medicamentos y vacunas necesarios para luchar contra otras patologías. Precisamente que estos procesos no se detengan ha sido uno de los frentes de lucha de las compañías asociadas a Farmaindustria.
Es cierto que la situación de tensión provocada por la crisis y el riesgo de contagio por coronavirus que entrañaba acudir al hospital para los participantes en los diferentes ensayos clínicos ha provocado que algunos se pausaran. Para evitarlo en la medida de lo posible, las diferentes partes participantes han tomado varias medidas orientadas a la seguridad de los pacientes, como el envío de la medicación al domicilio o las entrevistas online, y a la eficiencia mediante la digitalización de procedimientos como la firma de contratos o la monitorización remota.
Cuando saltaron todas las alarmas, de las compañías farmacéuticas no solo dependió mantener el suministro de medicamentos, continuar con los ensayos clínicos o investigar para lograr un remedio contra la Covid. ‘Sobre sus hombros’, recayó además la responsabilidad de desplegarse sobre el terreno para plantarle cara al virus en la lucha cuerpo a cuerpo que lideraron los equipos médicos. La ayuda que prestaron las compañías asociadas a farmaindustria incluyó desde donaciones de medicamentos y de material sanitario y de protección hasta ayudas económicas directas tanto a las autoridades sanitarias como a instituciones locales y regionales por toda España o la adaptación de líneas productivas para fabricar y donar geles desinfectantes, equipos de protección y nuevos respiradores. Un sondeo realizado por Farmaindustria entre 49 compañías asociadas (que suman el 70% de las ventas totales de sus asociados) estima en 24,5 millones de euros el montante de las ayudas sólo de estas empresas encuestadas en la primera etapa de la crisis, lo que da idea del esfuerzo adicional del sector para contribuir también por esta vía a la lucha contra la pandemia.
Si a estas alturas te decimos que el gel hidroalcohólico desinfectante se ha convertido de pronto en un bien de primera necesidad, no te estamos descubriendo la rueda pero en marzo el aluvión de demanda de este producto cogió a todos por sorpresa y supuso el primer reto para la industria que comenzó a producirlo en cantidades ingentes. Test de diagnóstico y respiradores se convertirían en los siguientes en la cadena de producción. Para dar respuesta a este ‘nuevo mercado’ algunas compañías tuvieron que incrementar en un 10% sus plantillas a la vez que programaban paradas para su desinfección, cuidando así que todos sus empleados trabajaran en las condiciones sanitarias adecuadas y minimizando los riesgos de convertirse en un foco.
Otras compañías farmacéuticas ofrecieron su ayuda de la mano de las sociedades científicas, como la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria o la Sociedad Española de Medicina Interna, a través de las cuales se han realizado donaciones de material sanitario básico para que los profesionales puedan desempeñar su trabajo en las mejores condiciones.
Parte de la industria farmacéutica también se mantuvo implicada en la colaboración a través de las sociedades médicas con los servicios de Farmacia de la red de hospitales para poder realizar envíos de medicación a los domicilios de los pacientes y en la donación de material a instituciones como Cáritas, Save the Children, Médicos sin Fronteras, Aldeas Infantiles, Cruz Roja.
Además de estas donaciones, trabajadores de las compañías asociadas a Farmaindustria se sumaron a los cientos de médicos, enfermeras, farmacéuticos y otros licenciados en Ciencias de la Salud, además de profesionales de otros ámbitos, que se ofrecieron para colaborar en alguno de los centros sanitarios o en cualesquiera de los otros dispositivos y acciones que se han movilizado para atender a las personas infectadas por el SARS-CoV-2. Unos 250 empleados de las empresas farmacéuticas innovadoras que operan en España se pusieron a disposición, fundamentalmente, de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, del Departamento de Salud de Cataluña y de los colegios profesionales de ambas autonomías para cooperar.
Médicos, enfermeras, farmacéuticos, biólogos, bioquímicos o psicólogos son los perfiles sanitarios que aportaron las compañías de Farmaindustria, y que se pusieron manos a la obra en alguno de los centros hospitalarios, hospitales de campaña, hoteles medicalizados, centros de salud, laboratorios de análisis o en otras actividades de apoyo que se precisaran.
Una lucha sin cuartel que, aunque no ha acabado, sin duda ha dado a las compañías farmacéuticas españolas las tablas necesarias para vencer al virus, una meta que hoy está mucho más cerca conseguirse gracias al trabajo duro de cientos de profesionales.
Fuente: El Periódico