Belén Trincado Cinco Días
El mecanismo de control y bloqueo de exportaciones que prepara la Comisión Europea sobre las exportaciones de las vacunas del Covid-19 a terceros países afectarán al menos a cuatro plantas situadas en España que participan o lo harán en un futuro para los grandes fabricantes de vacunas. Se trata de Rovi, Biofabri, Insud y Reig Jofre.
Esta herramienta se pone en marcha por las sospechas de Bruselas respecto a que el laboratorio británico AstraZeneca pueda estar exportando dosis a Reino Unido desde la UE a la vez que prevé recortar el suministro a los 27 en más de un 60%.
Precisamente en España se realizará el llenado y acabado de parte de la producción de AstraZeneca. Concretamente se apoyará en Insud como uno de los socios internacionales, que fabricará las dosis en su planta de Azuqueca de Henares (Guadalajara).
De momento, solo Pfizer/BioNTech y Moderna han recibido la autorización para comercializar una vacuna anti-covid en Europa. Así que la vigilancia de la Comisión se posará sobre la farmacéutica española Rovi, cotizada en Bolsa, que realiza la formulación, llenado y acabado del producto de Moderna. Concretamente, desde Madrid salen los viales para todo el mundo, excepto para el mercado estadounidense.
Bruselas ha creado un mecanismo de emergencia que le permitirá controlar y bloquear las exportaciones a terceros de viales producidos en el territorio de la UE y que previsiblemente estará listo hoy. Se aplicará de manera inmediata y estará vigente durante el primer trimestre de 2021.
Los laboratorios que quieran exportar vacunas que hayan fabricado en la UE tendrán que enviar una petición a las autoridades nacionales del Estado miembro en el que esté la planta donde se producen. Deberán notificar informaciones como las cantidades o el destino de las dosis y el país concernido tendrá que aceptar o rechazar la petición de exportación en cuestión de horas. En el supuesto de que un Estado rechace una exportación, las dosis se quedarán en Europa y se distribuirán según los contratos firmados.
El pasado mes también se supo que otra empresa española, la cotizada Reig Jofre, participará en la producción de la vacuna, todavía sin aprobar, de Janssen (grupo Johnson & Johnson). La farmacéutica catalana se encargará de este producto frente al coronavirus en su nueva planta de Sant Joan Despí (Barcelona), que se prevé inaugurar en el primer trimestre, en fechas similares a cuando la compañía estadounidense baraja disponer de los resultados de su candidata, actualmente en pruebas en fase III con miles de voluntarios en el mundo.
Pfizer también comunicó que recortará temporalmente sus entregas para Europa, pero en ese caso el control de la CE se situará en Puurs (Bélgica).
Por último, la empresa gallega Biofabri (grupo Zendal), también participa en la producción de la vacuna. En este caso para la estadounidense Novavax, que de momento es el único de los citados laboratorios con vacunas avanzadas en fases de desarrollo que no ha firmado un acuerdo de suministro con la Comisión. Aun así, Bruselas y esta empresa están negociando un acuerdo para esta alternativa que también se encuentra en fase III. El papel de Biofabri es crucial, porque se encargará de la producción del antígeno (la base del funcionamiento de una vacuna) en O Porriño (Pontevedra).
Debido a la falta de capacidad industrial de los laboratorios que desarrollan las vacunas son habituales estas alianzas con socios. Por ejemplo, Sanofi (que ha visto fracasar en el primer intento de su vacuna), fabricará 125 millones de dosis para BioNTech en su planta de Fráncfort.
La propia AstraZeneca tiene alianzas por todo el mundo. Según la empresa, ha construido más de una docena de cadenas de suministro regionales, colaborando con más de 20 socios de suministro en más de 15 países. De momento, los ojos de la Comisión se centrarán en la que tiene cerca de Bruselas, sometida a inspección para comprobar cuál es el problema de producción del que habla el laboratorio.
Fuente: Cinco Días