La consistente apuesta de administraciones, profesionales y centros sanitarios e industria farmacéutica, junto a la creciente implicación de los pacientes, ha ido mejorando las condiciones de España para albergar ensayos clínicos hasta lograr situarse, en la actualidad, en el grupo de cabeza de Europa en la puesta en marcha de este tipo de estudios de investigación: hoy es uno de los Estados europeos con menores plazos para iniciar la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos (desde que se presenta la documentación hasta que se recluta al primer paciente).
De esta forma, si en el periodo 2004-2009 un total de 14 países aventajaban a España en los plazos de puesta en marcha de ensayos clínicos, hoy ya hay sólo seis países más ágiles en este ámbito. Así lo explicó el director del Departamento Técnico de Farmaindustria, Emili Esteve, en la conferencia inaugural del Máster de Investigación, Desarrollo, Control e Innovación de Medicamentos de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada.
Un aspecto relevante, tal como indicó, y dentro del incremento sostenido de ensayos clínicos en España en la última década, es el aumento progresivo de los ensayos en fases tempranas, que suponen ya el 51,4 por ciento del total, frente al 47,5 por ciento del periodo 2010-2014 y al 41,5 por ciento de 2004-2009. Este tipo de ensayos suponen mayor complejidad en materia de investigación y permiten a su vez el acceso de los pacientes a las nuevas terapias de forma temprana.
La colaboración es clave. “Este impulso no hubiera sido posible sin el elevado nivel científico de los profesionales del Sistema Nacional de Salud (SNS) y el compromiso por la I+D de la industria farmacéutica establecida en el país, sin olvidar el apoyo de las administraciones, la creciente implicación de los pacientes y el clima favorable propiciado por la entrada en vigor en 2016 del nuevo Real Decreto de Ensayos Clínicos, que ha convertido a España en el primer país europeo en implementar la nueva normativa comunitaria en este ámbito”, añadió Esteve.
A su juicio, el futuro inmediato pasa por seguir trabajando para, a través de las facilidades que proporciona el Real Decreto, lograr una mayor simplificación del proceso y conseguir plazos aún menores: “Constituye una verdadera oportunidad para España y puede consolidar al país en el grupo de los mejores de Europa en investigación clínica”.
Fuente: Redacción Médica