El secreto mejor guardado de la industria farmacéutica no son los fármacos. Ni el proceso para fabricarlos, ni las estrategias comerciales. El secreto mejor guardado es el precio, lo que cuesta descubrirlos, desarrollarlos y demostrar su eficacia y seguridad. Todos intuimos que procesos tan largos, garantistas y complejos deben ser caros.
Pero no está claro cómo de caro. La cifra que suele dar la industria es que llevar un medicamento al mercado cuesta 2700 millones de dólares ¿Tan caro? Un nuevo estudio dice que ni mucho menos. El debate está servido.
Es un tema importante porque los tratamientos oncológicos pueden costar miles de dólares al año y ajustar el beneficio de las empresas y la sostenibilidad de los sistemas sanitarios es uno de los grandes temas.
Los investigadores han investigado el proceso de aprobación de 10 tratamientos contra el cáncer aprobados entre 2006 y 2015 y sus conclusiones son que, de media, el dinero empleado han sido 648 millones de dólares y 7,3 años.
Esto ha llevado a los investigadores a afirmar que la discrepancia es "extremadamente lucrativa". Fundamentalmente porque, como decía Vinay Prasad, oncólogo del equipo de investigación, "los precios de los medicamentos los hacen inasequibles para muchos pacientes, pero el gasto en I+D no justifica esos precios". El estudio ha sido toda una bomba en el sector.
Y sí, es cierto el estudio en muy interesante, pero no porque las cifras que dan sean correctas. Lo son. Pero lo cierto es que no tienen en cuenta que un altísimo número de los tratamientos que se investigan no llegan a nada y que eso es un sobrecosto muy alto (que alguien tiene que asumir). Concretamente, los laboratorios. Aunque no sabemos exactamente cómo.
Por eso, como explicaba Daniel Seaton, portavoz de la industria, "los pocos fármacos exitosos - como los contemplados en el estudio - deben ser lo suficientemente rentables como para financiar el resto de fracasos". Si el estudio de hoy es interesante es porque refleja el gran punto débil de la industria farmacéutica: su opacidad.
El sector farmacéutico tiene un problema crónico de transparencia que está erosionando la confianza de la sociedad
No es nada nuevo, pero el 'Big Pharma' (las grandes farmacéuticas) tienen un problema de credibilidad muy serio. A nivel financiero, como vemos, las cifras son algo muy polémico. Pero el problema va más allá, a nivel científico y técnico la industria también hace aguas.
Jennifer Miller, profesora de la Universidad de Nueva York, llevó a cabo un estudio muy interesante en el que descubrió que casi la mitad de fármacos aprobados por la FDA conllevaba al menos un estudio que no había sido publicado. Es más, solo un 20% de los resultados de los ensayos clínicos registrados en ClinicalTrials.gov acaban publicados en el registro público.
Sea en el nivel clínico o en el nivel financiero, es evidente que las prácticas de la industrian necesitan luz y taquígrafos. Es la única forma de resolver un problema que, a medio plazo, amenaza la medicina moderna: la quiebra de confianza en los tratamientos que nos proporciona la industria farmacéutica. En las grietas de esa confianza es donde crecen los monstruos.
Fuente: xataka.com