Un empleado en la planta que el grupo Menarini tiene en la localidad de Badalona (Barcelona).
La pandemia de Covid-19 ha destapado el riesgo que supone depender de unos pocos países donde se ha concentrado la producción de medicamentos y otros productos sanitarios. Alrededor de esta idea se ha generado un amplio consenso en todo el sector de que es necesario plantear una estrategia nacional y europea para traer de vuelta la fabricación de algunos de estos productos y fortalecer su autonomía. Principios activos, genéricos y materias primas figuran en una lista encabezada por este epígrafe: “Relocalización de la industria farmacéutica”.
Desde Farmaindustria, su subdirector general, Javier Urzay, reconoce que “en el ámbito del medicamento tenemos alguna vulnerabilidad en productos esenciales”, razón por la que cree positivo “ganar un mayor grado de autonomía en estos artículos frente al exterior”.
En esa línea está el proyecto que han presentado al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio (Mincotur). Con él, pretenden impulsar la fabricación en España de principios activos y medicamentos esenciales, para reducir la dependencia que hay en la actualidad de Asia. Se trata de más de 1.000 millones de euros para ampliar fábricas y construir otras nuevas.
No es el único plan que el ministerio tiene sobre la mesa. Fuentes del mismo señalan que hay otros 23 relacionados con la industria farmacéutica. Los 1.700 millones que recibirá este año de los fondos europeos el departamento que dirige Reyes Maroto serán destinados, entre otras cosas, “para la fabricación de sustancias y medicamentos esenciales” de empresas que “puedan plantear una relocalización de su actividad”, apuntan.
Farmaindustria ha elaborado un plan para fortalecer el sector y ser autónomos
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Aunque no todo se va a arreglar de esta forma. Raúl Díaz-Varela, presidente de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (Aeseg), advierte de que “nadie va a construir una fábrica nueva con las normativas actuales para hacer productos por debajo de 2 euros,” por lo que considera necesario “un cambio en la normativa de los precios”.
El coste de las medicinas es solo un elemento más en la estrategia de país que plantea Jaime del Barrio, senior advisor del sector salud y life science en EY: “Necesitamos un cambio estratégico a escala nacional, con plazos, hitos e inversión para hacer un cambio estructural” que solucione las deficiencias que ha dejado al descubierto la pandemia.
El Mincotur quiere aprovechar los fondos europeos para ayudar a las empresas a volver
Desde Fenin, la Federación Española de Empresas de Tecnologías Sanitarias, apuestan también por “un plan país”, que demanda un “incremento en la inversión, la transformación digital y un plan nacional de promoción de la industrialización que apoye la producción de productos esenciales”.
Manuel Peiró, director académico del Máster ejecutivo en Dirección de Organizaciones Sanitarias de Esade, sostiene que esta crisis “debería llevar a considerar el modelo de negocio y pensar qué tiene sentido” en un escenario que ha cambiado y donde surgen otras oportunidades.
Sin olvidar que es necesario reforzar el papel estratégico que juega la industria farmacéutica, porque, como recuerda Jorge Bagán, socio responsable de la industria de life science y salud de Deloitte, “es uno de los sectores punteros en I+D+i, un componente fundamental en la competitividad de la economía nacional”.
Ahora bien, todas estas actuaciones hay que coordinarlas con la estrategia farmacéutica europea que la UE ha puesto también en marcha para reforzar el sector y aumentar su autonomía a través de la diversificación de las cadenas de suministro y fomentando la producción en Europa, o sea, con relocalizaciones.
El éxito de esta política “tendría un efecto positivo en España, por lo que las cadenas de suministro se verán reforzadas sin necesidad de relocalizar la industria farmacéutica de nuestro país y sin hacer grandes inversiones”. Es lo que plantea Álvaro Carpintero, socio de la consultora McKinsey y líder de farma y healthcare para Iberia. Son ayudas y subvenciones para trasladar la producción a Europa. “Si ya tienes capacidad aquí, utilízala”, dice. Alemania y Francia lo están haciendo con ayudas para producir los medicamentos básicos en el ámbito local.
Hay otro factor que va en esta línea. Lo destaca Marcelo Leporati, profesor en EAE Business School: “España no puede producir todo”. Por eso, “cualquier solución que adopte nuestro país debe estar en el marco de la estrategia de la UE”. Una vez que pase la pandemia, “tiene que existir un compromiso político que garantice que existirá sostenibilidad económica a las empresas que decidan realizar parte de la producción de estos materiales localmente”, afirma.
Interior de una botica.
Incubadora HERA. La UE presentó en noviembre del año pasado su estrategia para fortalecer la industria sanitaria y anticiparse a futuras amenazas como la del coronavirus. Una de las iniciativas es la creación de la incubadora HERA, la autoridad europea de preparación y respuesta ante emergencias sanitarias. Esta se encargará, entre otras cosas, de elaborar un plan que prepare a Europa y le permita anticiparse a problemas de este tipo.
EU-FAB. Las autoridades europeas quieren garantizar la capacidad de fabricación de vacunas en su territorio con la puesta en marcha de este proyecto.
Interés. Desde el Ministerio de Industria han mostrado un “interés especial” por este plan y han señalado que “España está relativamente bien posicionada tanto en lo que se refiere a la producción del principio activo como en las etapas finales de llenado” de vacunas.
Cuatro. Son los laboratorios españoles que intervienen en alguna fase de la fabricación de la vacuna contra el coronavirus. Rovi en la elaboración del principio activo y también en el llenado de viales junto a Insud Pharma y Reig Jofre. El grupo Zendall lo hace en la producción del antígeno.
Fuente: Cinco Días