La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Foto: Etienne Ansotte.
La Comisión Europea (CE) ha presentado este miércoles una estrategia para reforzar el sector farmacéutico de la Unión Europea que incluye invertir más y mejor en laboratorios en territorio de la UE para evitar situaciones de escasez, como ocurrió al inicio de la pandemia de coronavirus con el paracetamol o las mascarillas, según informa EFE.
"La escasez es cada vez más frecuente en productos que llevan muchos años en el mercado y son ampliamente utilizados", advierte el Ejecutivo comunitario, que subraya que la penuria de medicinas "puede acarrear tratamientos insuficientes y aumentos de las estancias hospitalarias".
El plan en su conjunto, y la búsqueda de menor dependencia de potencias en la producción farmacéutica como China o India, servirá para apuntalar la "autonomía estratégica" a la que aspira la Unión Europea (UE) también en otros ámbitos como el energético o el militar y, de hecho, se nutrirá también de partidas presupuestarias para Defensa. En el campo de las medicinas, y con el coronavirus como telón de fondo, esa voluntad de independencia europea pasa por diversificar "las cadenas de producción y suministro, asegurando el almacenamiento estratégico y fomentando la producción y la inversión en Europa".
Pero fuentes europeas apuntan a que la relocalización es "un asunto complejo" y por eso el documento de la Comisión propone dialogar con el sector para "identificar las vulnerabilidades potenciales" de la UE y sobre "las posibles dependencias que amenazan el suministro de medicamentos críticos, ingredientes farmacéuticos activos y materias primas", y diseñar después las políticas concretas necesarias.
"Incluso antes de la pandemia de Covid-19 había preocupaciones sobre la resiliencia de las cadenas de fabricación farmacéutica", indica el documento aprobado por el colegio de comisarios del Ejecutivo comunitario, que subraya que esos problemas se han agravado durante la crisis del Sars-CoV-2.
La industria farmacéutica europea tiene músculo: empresas emergentes, pymes y multinacionales como la francesa Sanofi, las alemanas Merck o Bayer, la irlandesa Allergan, la belga UCB o la danesa Novo Nordisk aportan 800.000 empleos directos, un superávit comercial anual de 109.400 millones de euros y más de 37.000 millones de euros invertidos en investigación.
Pero también tiene puntos débiles y, para 2021, Bruselas quiere tener una fotografía nítida de las necesidades y carencias en la "cadena de suministros global" para hacer propuestas concretas para "fortalecer la continuidad y seguridad del suministro", incluido el "apoyo a la capacidad de fabricación necesaria en la UE para productos críticos".
La CE espera, además, revisar en 2022 la legislación para mejorar la seguridad del suministro y plantear "medidas específicas que incluyan obligaciones más estrictas de suministro y transparencia" en la notificación anticipada de existencias y penurias de productos así como "una mayor coordinación y mecanismos de la UE para controlar, gestionar y evitar escaseces". Y seguir actualizando otras normativas comunitarias hasta 2024.
Por su parte, Medicines for Europe, la patronal que representa a las industrias de medicamentos genéricos, biosimilares y de valor añadido en toda Europa, ha indicado que esta estrategia farmacéutica de la UE debe dar prioridad a políticas viables para estos fármacos "con el fin de facilitar el acceso de los pacientes a los medicamentos para reconstruir los sistemas de salud sometidos a presión más allá de la pandemia de Covid-19". "La estrategia farmacéutica de la Unión Europea ofrece una oportunidad única para fortalecer este sector estratégico".
Fuente: Redacción Médica