Los farmacéuticos del Grupo de trabajo de Infecciones de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (GTI-SEFAP) se han reunido en Madrid con los coordinadores del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) para tratar sobre nuevas estrategias que pueden favorecer el uso racional de los antibióticos.
Los farmacéuticos de atención primaria (FAP) han compartido las actividades que se vienen desarrollando en sus respectivas comunidades autónomas para mejorar la utilización de los antimicrobianos y han analizado, entre otras cuestiones, los últimos datos sobre la efectividad de la prescripción diferida de antibióticos en los casos de infecciones agudas no complicadas del tracto respiratorio, como puedan ser la otitis o el dolor de garganta.
La prescripción diferida consiste en proporcionar al paciente una receta de un antibiótico e instruirle para no iniciar el tratamiento inmediatamente, y solo retirarlo de la farmacia en el caso de que los síntomas empeoren al cabo de unos días. Según los últimos estudios científicos, solo uno de cada tres pacientes (el 31%) necesitó recurrir finalmente al tratamiento antibiótico, lo que viene a demostrar, según Rocío Fernández Urrusuno, coordinadora del GTI-SEFAP, que la prescripción diferida en estos casos y, siempre bajo criterio del médico, “puede ser una estrategia que ayude a realizar un uso más prudente de los antimicrobianos y, por extensión, contribuir a la reducción de las resistencias, un problema creciente a nivel de la comunidad”.
Tal como destaca Fernández, “reducir el uso de los antibióticos y utilizarlos exclusivamente cuando sean estrictamente necesarios no es solo una cuestión de seguridad: además de minimizar los efectos adversos en los pacientes, también contribuye a frenar la selección de bacterias resistentes a ellos, que se señala actualmente como un problema de Salud Pública de primera magnitud”.
Satisfacción de los pacientes
Los estudios mostraron, además, que la prescripción diferida no influye de manera relevante en la satisfacción del paciente, ya que el 86 % de los pacientes que la recibieron, se mostraron satisfechos con el tratamiento, un nivel de satisfacción muy similar al que mostraron los pacientes a los que se les prescribió el antibiótico de manera inmediata, y que fue del 91 % (Spurling GKP, revisión Cochrane, 2017).
“Es necesario que los profesionales de la salud tomen conciencia de la posibilidad de realizar la prescripción diferida en aquellas situaciones en las que no esté clara la necesidad de antibióticos, por ser mayoritariamente producidas por virus o por curarse sin necesidad de tratamiento. También es importante informar a los pacientes sobre los beneficios de esta estrategia y asegurarse de que han comprendido cuáles los síntomas que si persisten o empeoran precisarán iniciar el tratamiento” confirma la coordinadora del Grupo de Trabajo de SEFAP.
Fuente: El Global