El director general de Farmaindustria, Humberto Arnés.
El director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, ha señalado este martes que el acceso de los pacientes españoles a tratamientos innovadores ha empeorado en los últimos años y no está al nivel de los países de referencia en Europa. Ha explicado que España "tiene un problema estructural en el procedimiento de evaluación y financiación" de medicamentos, por lo que ha pedido que éste sea más ágil. Un procedimiento que pasa por cambiar el modelo actual de Informes de Posicionamiento Terapéutico (IPT) y que éstos no mezclen evaluación clínica y económica.
Arnés ha afirmado, en la jornada Cancer Now, organizada vía telemática por la Fundación para la Excelencia y la Calidad de la Oncología (ECO), que España debe considerar el acceso a la innovación en medicamentos “como una prioridad y una oportunidad”. Un acceso rápido a la innovación, ha explicado, es fundamental desde el punto de vista sanitario, económico y social.
Para reducir el retraso actual en el acceso a la innovación de los pacientes en España, el director general de Farmaindustria considera necesario introducir mejoras en el proceso de evaluación y financiación de los nuevos fármacos: “Estamos ante un problema estructural y, por tanto, es necesario mejorar el procedimiento de evaluación y financiación de nuevos medicamentos para que las evaluaciones sean más agiles, rápidas, objetivas, transparentes y predecibles y, sobre todo, más participativas”.
En concreto, ha abogado por introducir cambios en la metodología de los IPT, cuyo objeto es determinar con una base científico-técnica el lugar que un medicamento ocupa en la prestación farmacéutica del sistema sanitario y su comparación con alternativas terapéuticas para la misma patología en que está indicado.
“El Plan de consolidación de los IPT, que mezcla la evaluación clínica y la económica de un medicamento, no funcionan bien. Tiene muchas debilidades; de hecho, altera el procedimiento de financiación y fijación de precio, ya que queda supeditado a la finalización de las dos evaluaciones, y no se cumplen plazos. En estos momentos hay más de cien IPT pendientes, con una espera media de más de 450 días (cuando la normativa europea da un máximo de 180 días)”.
“La evaluación clínica del medicamento y la económica no deben estar mezcladas. Deben ser dos procedimientos separados e independientes. Esta mezcla es una fuente de confusión”, ha dicho.
Arnés ha añadido que la evaluación clínica de un producto tiene utilidad en sí misma, puesto que es la que determina su aportación terapéutica; el posicionamiento terapéutico depende del valor clínico. "Eso no quiere decir que no se haga una evaluación económica del medicamento para tomar una decisión sobre su financiación, una evaluación que ponga en común el beneficio clínico añadido de un nuevo medicamento con el coste adicional que implica, pero debe hacerse en un procedimiento distinto, de forma que no distorsione el posicionamiento terapéutico”.
Esta evaluación “debe hacerse con una metodología diferente a la actual, que tiene claras carencias. Por ejemplo, la evaluación económica no se hace desde una perspectiva social, incorporando todos los beneficios y costes sanitarios y no sanitarios; contempla sólo el impacto sobre el presupuesto farmacéutico”.
Por otro lado, Arnés ha hecho hincapié en la necesidad de asegurar una participación real de clínicos y pacientes. “Solo se produce después de que esté muy avanzado el IPT, con lo que ya prácticamente es imposible modificarlo sustancialmente. La elaboración de los IPT ha de estar confiada a profesionales de prestigio en cada campo específico y contar con la colaboración desde el principio de las sociedades científicas”.
“En fin, la metodología del nuevo Plan de IPT está pensada para un comprador de medicamentos y no para un regulador del precio para el conjunto del país -concluyó-. Si aspiramos a que se realicen IPT de todos los medicamentos y nuevas indicaciones y a que no se avance con el trámite de financiación mientras no estén finalizados, estaremos contribuyendo al cuello de botella actual para el acceso de las innovaciones”.
El director general de Farmaindustria, que urgió a lograr cuanto antes un sólido sistema de evaluación terapéutica y económica de los nuevos medicamentos para garantizar a los pacientes el mejor acceso a las terapias que aportan valor y poder tomar decisiones informadas de precio y financiación, insistió en la actitud de diálogo permanente por parte de la industria para trabajar con la Administración en este objetivo.
Fuente: Redacción Médica