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La industria farmacéutica ha mostrado su protagonismo durante la pandemia y se ha convertido en un sector estratégico para la reconfiguración del modelo productivo español tras una crisis sanitaria en la que ha sido esencial. Los expertos defienden que tan importante es la transición ecológica y la digitalización como la investigación biomédica. El Covid-19 ha demostrado, de hecho, el valor del medicamento no solo en términos médicos, sino también de PIB, recalcan. Y los datos constatan esa contribución al empleo de calidad y al aumento de la producción, las exportaciones, la innovación y la competitividad.
Según un informe de la Fundación Weber Salud publicado en 2021, las empresas del sector generan el 2% de los puestos de trabajo, el 2,2% de la cifra de negocios, el 3,3% del valor añadido, el 4,9% de las exportaciones y el 18,9% de la inversión en I+D, pese a que apenas suponen el 0,2% de las empresas industriales del país.
El estudio destaca tres datos relevantes. Primero, el de empleo, contrata a más de 45.000 personas, el 53% femenino. Segundo, el valor de la producción, que asciende a 15.000 millones de euros, con un crecimiento promedio anual constante del 2,3%. Y tercero, el auge de las exportaciones, que en 2020 alcanzó la cifra récord de 12.777 millones. “El medicamento es el cuarto producto más exportado en España”, subraya.
12.777 millones de euros supusieron en 2020 las exportaciones de fármacos, una cifra récord respecto al ejercicio anterior. El medicamento es el cuarto producto más vendido en el exterior.
Pero si hay un área en la que los laboratorios siguen siendo referencia es en I+D. La inversión en investigación y desarrollo de medicamentos en España superó en 2020 los 1.160 millones. El 60% de ese monto se dedicó a investigación clínica, esto es, más de 697 millones. Y es el segundo sector que más gasta en este capítulo tras automoción. Incluso, España fue el primer país europeo y el cuarto en el mundo con más ensayos clínicos contra el coronavirus gracias a esa actividad investigadora. La industria invierte en el mundo más de 150.000 millones anuales, 39.000 en Europa.
Sin embargo, quedan tareas pendientes para que España se convierta en un hub de inversión farmacéutica y fortalezca la fabricación. Javier Urzay, subdirector general de Farmaindustria, aboga por una estrategia país a medio y largo plazo que dé certidumbre al sector y que perciba al medicamento como una inversión y no como un gasto. Joan Comella, director del Instituto de Investigación del Hospital Vall d'Hebrón, cree necesaria la instalación de nuevos centros de investigación. Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, señala el acceso, cuanto antes, a la innovación terapéutica. Y el profesor de oncología molecular Mariano Barbacid pide un mayor gasto en salud: “Llegar al 7% del PIB como mínimo”.
Sin olvidar la colaboración público-privada, “que es la base del avance biomédico, como se ha comprobado con las vacunas Covid-19”, recuerda el presidente de la patronal, Juan López-Belmonte. “No hay economía sin salud ni salud sin una investigación biomédica de excelencia. Como cuarta economía europea, España no puede permitirse estar al margen de la vanguardia científica”, insiste.
En España hay 366 empresas fabricantes de productos farmacéuticos que generan un valor añadido cercano a los 5.000 millones de euros, el 3,3% del total de la industria manufacturera, recoge el informe de la Fundación Weber.
Además, por cada empleo directo se generan 1,5 indirectos y 2,5 inducidos. Y es líder en productividad: crece un 11,7% anual en promedio.
Fuente: Cinco Días