Los laboratorios Ferrer han llegado a un acuerdo con su equipo de visitadores médicos y delegados de ventas, unos 400 empleados en toda España, para reformar su actual sistema de cobro de incentivos, un variable que en muchos casos supone hasta el 40% del sueldo de estos trabajadores.
El nuevo acuerdo, que entrará en vigor desde el próximo 1 de septiembre, recoge que a partir de entonces los visitadores y delegados deberán acreditar un cumplimiento del 90% de los objetivos anuales preestablecidos por la empresa para generar el derecho a cobrar incentivos. Hasta ahora, según las fuentes consultadas, este umbral estaba fijado en el 70%.
En el caso de los incentivos para productos en lanzamiento, el porcentaje de los objetivos anuales se ha situado en el 85%, según señalan fuentes de la empresa. Es decir, la empresa ha endurecido los requisitos para alcanzar el cobro de incentivos, pero una vez logrados, los visitadores podrán cobrar variables más altos.
En un primer momento, la empresa quería, además de subir este porcentaje al 90%, que el incentivo a cobrar a partir de ese umbral fuera del 7%. "Finalmente, después de varias reuniones, se ha ampliado este incentivo y será del 22% a partir de ese porcentaje", indica a elEconomista el abogado de Colectivo Ronda, José Antonio González Espada, que ha representado al grupo de trabajadores del laboratorio en Barcelona.
Este grupo de trabajadores ha sido el único que votó en contra del acuerdo, mientras que el resto de delegados ha aceptado todas las condiciones del acuerdo. Alrededor del 15% de los delegados de los empleados -todos los que representaban a los trabajadores de Cataluña- han rechazado el acuerdo, mientras que el 85% restante, todos los del resto de España, ha aceptado las condiciones en asamblea.
Fuentes oficiales de Ferrer han señalado por su parte a este diario que el nuevo acuerdo en el sistema de incentivos actual de su red de ventas en España, firmado el pasado 3 de abril, supone "hacerlo más atractivo y competitivo". Entre las principales novedades, la farmacéutica catalana destaca que se trata de "un sistema más simplificado y con unos objetivos cuantitativos y cualitativos".
Según el laboratorio propiedad de la familia Ferrer-Salat, en este proceso del acuerdo "se ha incluido los distintos comentarios y aportaciones que han realizado los trabajadores en las reuniones mantenidas por parte de la empresa en los distintos territorios para explicar su propuesta. "Ahora Ferrer dispone de uno de los sistemas de retribución variable más competitivo del sector, que le permitirá seguir contando con el mejor talento", aseguran desde la compañía.
Los empleados que rechazaron el acuerdo no son tan optimistas. "En realidad el acuerdo es una reducción salarial para muchos de los trabajadores", afirma el abogado de Colectivo Ronda. "Que un porcentaje tan alto de tu salario esté ligado a la consecución de objetivos de venta tan elevados significa asumir un riesgo enorme que puede reducir de manera drástica tus ingresos", afirma González Espada.
El grupo Ferrer ha vivido en los últimos años un relevo generacional en sus puestos ejecutivos. El presidente Sergi Ferrer-Salat, de 50 años, hijo del fundador Carlos Ferrer Salat, situó hace un año a Mario Rovirosa al frente de la compañía en sustitución de Jordi Ramentol, tras 18 años en la compañía.
Fuente: El Economista