Martín Sellés (izquierda) y Luis Mayero.
Representantes de la industria farmacéutica y la sanidad privada han participado en el Forbes Healthcare Summit destacando la necesidad de colaboración con las administraciones públicas para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud.
Así, Martín Sellés, presidente de Farmaindustria, ha reclamado una reflexión sobre su financiación para conseguir que en 2025 alcance el 7 por ciento del PIB, advirtiendo de que desde 2010 ha caído del 6,5 al 5,9 mientras que ha aumentado más de un 40 por ciento el número de pacientes crónicos en nuestro país.
A este propósito, ha señalado que la inversión en innovación es necesaria para alcanzar el objetivo de sostenibilidad. “La innovación es siempre la solución, o parte de ella. El problema sería no tener innovación y no tener lo positivo que aporta”.
Sellés ha puesto el ejemplo de la investigación biomédica como muestra de la oportunidad que España tiene de ser uno de los países líderes en el mundo, para lo que reclama una visión estratégica que conduzca a “avanzar más rápidamente hacia un modelo productivo más basado en la I+D, la innovación y el conocimiento”.
Por su parte, Luis Mayero, presidente de la Fundación IDIS, ha señalado durante su intervención en el mismo evento que “es necesario que exista una estrategia conjunta entre el sector público y privado que permita poner a disposición de los pacientes los últimos avances y mejorar el cuidado y la salud de todos los españoles”.
Considera que el sector privado “sigue apostando de forma permanente por concentrar inversiones y tecnología de vanguardia, optimizando la utilización de recursos y aumentando la experiencia tanto de profesionales como de pacientes”.
Al igual que Sellés, ha apostado por ser capaces de gestionar la necesaria incorporación de la innovación tecnológica sin tener un problema de sostenibilidad, entiendo ésta como una inversión y no como un gasto.
En este sentido, apuesta por un “plan de actualización tecnológica del equipamiento existente, establecer criterios de valor en los procesos de adquisición y renovación; establecer criterios de valoración de las inversiones en tecnología que tengan en cuenta el ciclo de la vida, la calidad y el servicio; o evaluar el impacto de las nuevas tecnologías en la eficiencia de los procesos asistenciales e inventariar los recursos tecnológicos disponibles”.
Fuente: Redacción Médica