La presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), Cristina Herrero (Foto: Congreso)
Hace apenas una semana, el Gobierno hizo público el Programa de Estabilidad que envió a la Unión Europea con su actualización para el periodo 2022-2025. En dicho documento, pronosticaba que el gasto sanitario público de las administraciones públicas, tras una subida importante por la Covid-19, se estancaría en el 6,7% del PIB tanto en 2024 como en 2025.
Sin embargo, esta proyección es levemente más pesimista que el de otros organismos, como la AIReF. Esta semana, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal ha analizado el programa del Gobierno, sobre el que subraya que “plantea escenarios factibles”. Según esta revisión, “las previsiones de la administración pública sobre el nivel del gasto sanitario en el periodo 2022-2025 son ligeramente inferiores a las de la AIReF”.
La asistencia hospitalaria y los servicios ambulatorios seguirán siendo las áreas que más aporten al crecimiento del gasto sanitario
En concreto, indican que han revisado al alza sus estimaciones de gasto sanitario a medio plazo considerando “una minoración similar en 2022, pero más moderada en 2023, lo que sitúa sus estimaciones a partir de ese año por encima”. En todo caso, subraya que “van convergiendo, manteniendo cerca de una décima de diferencia al final del periodo”, siendo del 6,8% del PIB en 2025.
Por otro lado, esta institución estima que el aumento considerable del gasto sanitario que se ha producido con motivo de la Covid-19 “se consolidará en parte a futuro”. Tanto en 2020 como en 2021, este incremento se ha debido principalmente a gastos “de naturaleza corriente, concentrados en remuneración de asalariados, consumos intermedios y, en menor medida, transferencias sociales en especie, en las áreas de atención hospitalaria y primaria y conciertos sanitarios”.
Por su parte, para el periodo 2022-2025 pronostican que que el peso de estos gastos “disminuya”, aunque “en niveles superiores a los existentes antes de la crisis”. Por áreas, “la asistencia hospitalaria y los servicios ambulatorios, que agrupan la atención primaria y especializada, seguirán siendo las que más aporten al crecimiento del gasto sanitario, en proporciones más cercanas a las existentes en el periodo prepandemia”.
MÁS GASTO POR ENVEJECIMIENTO
Al igual que ha hecho en anteriores informes, de nuevo la AIReF avisa del “previsible aumento” del gasto sanitario que se espera en el futuro “consecuencia del envejecimiento”. No obstante, lo califican como “uno de los principales riesgos para la sostenibilidad de las finanzas públicas en el medio y largo plazo”.
Sobre este asunto, pronostican que “un mayor gasto estructural que no sea cubierto con ingresos adicionales conllevará un incremento muy significativo del endeudamiento desde unos niveles históricamente ya muy elevados”.
Fuente: ConSalud.es