El plan de reindustrialización que las compañías farmacéuticas comenzaron a tejer a comienzos de enero entra en su fase final. De los 500 millones que se anunciaron en un primer momento, se pasó a algo más de 1.000 a finales de abril para terminar superando los 1.700 millones de euros, más del triple inicialmente previsto. El objetivo principal es atraer la fabricación de medicamentos esenciales a España que hasta ahora se hacía en Asia, sobre todo en India y China. "En la mayor parte de los casos hablamos de medicamentos maduros, con muchos años en el mercado y que ya no tienen protección de patente, pero que siguen siendo los indicados para combatir ciertos síntomas o enfermedades", explica el presidente de Farmaindustria, Juan López-Belmonte.
El proyecto engloba a todo el sector farmacéutico español. Liderado por Farmaindustria, se han unido otras tres patronales directamente involucradas en la producción tanto de materias primas (APIs) como de medicamentos: la Asociación Española de Fabricantes de Productos de Química Fina, la patronal de medicamentos genéricos y la de productos sin receta médica. En total, en el proyecto estarán involucradas 40 compañías.
El montante total que se destinará a este proyecto, enmarcado en el Programa de Impulso de proyectos tractores de Competitividad y Sostenibilidad Industrial del Ministerio de Industria, será de 1.721 millones de euros. De ellos, 1.182 millones saldrán de los bolsillos de las compañías fabricantes de medicamentos, mientras que los 539 restantes los pondrán fabricantes de materias primas. "El objetivo es dotar a la industria española de las capacidades de conocimiento, de tecnología, digitalización y manufactureras para asegurar en España el suministro y desarrollo de los medicamentos esenciales o estratégicos y así disponer de capacidades estratégicas para hacer frente con garantías a las necesidades sanitarias", explican desde Farmaindustria.
El proyecto cuenta con tres ejes de inversión. El primero de ellos acaparará fondos para calidad y competitividad del país y sus compañías. El 15% de este bloque se destinará a vacunas de uso humano y el 77% a determinados medicamentos considerados esenciales. Aquí, será necesario el concurso de la Agencia Española del Medicamento, que es el organismo encargado de determinar qué fármacos tendrán el apelativo de estratégicos para su producción aquí. Junto a ello, desde el sector farmacéutico se espera que aquellas moléculas que sean elegidas tengan una consideración comercial distinta a la que rige al resto de fármacos financiados por el sistema público.
El segundo eje de este proyecto de inversión para España estará destinado a la transformación digital de la industria. La mayor parte, el 59%, se destinará a la digitalización del proceso de fabricación, respaldado por un 28% pensado para robotización y automatización. Por último, el tercer eje que ha diseñado la industria farmacéutica hace referencia a la transición ecológica. La mayor parte del presupuesto asignado a este apartado, el 43%, se utilizará para profundizar en la eficiencia energética, mientras que el 30% se usará para reducir las emisiones de las fábricas. También habrá un 9% que se destinará a la gestión de los residuos.
Este proyecto está alineado con los objetivos y contenidos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía, España Puede, presentado por el Gobierno, que prevé en su Componente 18, sobre Renovación y Ampliación de las Capacidades del Sistema Nacional de Salud, un Plan Estratégico de la Industria Farmacéutica. "Estamos convencidos de que este Plan ha de ser crítico para España. Necesitamos un diálogo amplio con la Administración que contemple la investigación biomédica y el sector farmacéutico como oportunidades, y el acceso al medicamento por parte de los pacientes, como una inversión en salud, bienestar y futuro", afirma López-Belmonte. "Hemos de coordinar las políticas sanitarias, industriales y de I+D para generar un entorno atractivo para la inversión y lograr así que los grandes sectores clásicos de la economía española se vean complementados por otros vinculados a la innovación y el empleo de calidad y con capacidad de atraer nuevas fuentes de inversión internacional" añade.
Fuente: El Economista