El sector farmacéutico en su totalidad, con las farmacias y los laboratorios de fármacos genéricos a la cabeza, se ha opuesto frontalmente al plan que maneja el Ministerio de Hacienda para imponer la llamada subasta de medicamentos. Con este sistema, el Gobierno selecciona un único proveedor de cualquier medicamento genérico y las farmacias solo pueden comprar el fármaco de ese laboratorio. Según los cálculos de Hacienda, basados en una recomendación de la AIReF, el Ejecutivo se puede ahorrar 1.000 millones de euros con este sistema.
Sin embargo, el sector farmacéutico le ha recordado al Gobierno los efectos adversos que tiene este modelo de compra, que ha estado utilizando los últimos años la Junta de Andalucía, precisamente cuando la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, era consejera de Hacienda. Según la patronal Fefe, que representa a las 22.000 farmacias que hay en España, las subastas de medicamentos perjudican a los pacientes doblemente, porque provocan falta de suministro y dificultan el correcto cumplimiento de la toma de medicamentos por los cambios de los envases que se producen con las subastas.
Mientras, la patronal de los laboratorios de genéricos Aeseg asegura que en Europa apenas ningún país utiliza este sistema y los que lo utilizaron los tuvieron que retirar por los desabastecimientos que provocaba tener un único proveedor en exclusiva de fármacos comunes. Según Aeseg, casi la mitad de la falta de medicamentos que se produce en las farmacias españolas son de productos afectados por el sistema de subastas en Andalucía.
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Asimismo, 25 de los 64 medicamentos no son un problema de suministro comunicado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). Del total de medicamentos con problemas de suministro, 28 tienen un precio inferior a 3,12 euros, siendo el precio medio de 4,02 euros. El sistema cardiovascular y el nervioso acumulan 35 de los 64 medicamentos con problemas de suministro.
Por último, otros 57 fármacos se han calificado por el Cismed como medicamentos en alerta o en observación, al presentar faltas significativas en algunas provincias o por registrar incrementos significativos en el número de farmacias con faltas a nivel nacional.
Antihipertensivos, analgésicos o ansiolíticos se encuentran entre los medicamentos que presentan más problemas de adecuado suministro a las farmacias. En la mayoría de las ocasiones el farmacéutico está solventando los inconvenientes derivados de esta falta de medicamentos, bien mediante la sustitución, cuando esta es posible, o con una adecuada gestión de las existencias, según la patronal. Una tarea a la que dedican, según una encuesta a nivel europeo, más de cinco horas semanales. El problema surge cuando el medicamento no es sustituible y entonces el paciente debe volver al médico para que le sea prescrita otra alternativa, como es el caso de Apocard, un medicamento no sustituible de estrecho margen terapéutico indicado para las arritmias.
Fuente: El Economista