La batalla de los conocidos como fármacos biosimilares, o copias de los muy caros medicamentos biológicos, llega a un punto álgido con dos de los mayores laboratorios del mundo como protagonistas. La farmacéutica estadounidense Pfizer presentó este miércoles en Filadelfia (Pensilvania) una querella contra la multinacional Johnson & Johnson para resolver en los tribunales la guerra que mantienen por una terapia para la artritis.
La demanda fue presentada en el tribunal federal del distrito este de Pensilvania, y ella Pfizer acusa a la empresa rival de usar "tácticas de competencia desleal" que afectan a su medicamento para la artritis Inflectra.
Según la farmacéutica, Johnson & Johnson -que opera su negocio farmacéutico con su subsidiaria Janssen- ha obligado a hospitales y clínicas a firmar "contratos de exclusividad" para que receten su medicamento para la artritis Remicade y no ofrecer la versión biosimilar de Pfizer, que cuesta alrededor de un 20% menos, informa Reuters.
"Niegan a los pacientes el acceso a otras opciones terapéuticas y socavan los beneficios de una competencia de precios robusta en el mercado de los medicamentos biosimilares", aseguró John Young, presidente de la unidades de medicamentos esenciales de Pfizer.
Se trata de la primera querella en los tribunales de Estados Unidos por prácticas antimonopolio en el creciente mercado de los medicamentos biosimilares, equivalentes a fármacos biológicos ya existentes.
Un tratamiento para la artritis con el medicamento Remicade cuesta al año unos 31.500 dólares, casi 6.000 dólares más que el tratamiento con Inflectra de Pfizer, según el periódico The Wall Street Journal.
Los fármacos biológicos protagonizaron desde la pasada década las grandes ventas de las multinacionales farmacéuticas, ya que supusieron un enorme avance científico en beneficio de los pacientes y con un elevado coste para los sistemas de salud. Fundamentalmente se han centrado en enfermedades oncológicas y autoinmunes. Pero poco a poco se enfrentan a la caducidad en su periodo de derecho de patente, momento en el que pueden entrar en el mercado los llamados biosimilares (a semejanza de cómo se introducen los genéricos en los medicamentos de síntesis química).
Por eso, los laboratorios están tomando posiciones para robar cuota de mercado a los productos originales. En España, los biosimilares actualmente introducidos tienen un coste de entre un 20% y un 25% menor que el original.
"Evidentemente que esperamos que haya competencia, pero creemos que Johnson & Johnson no está compitiendo de manera justa", indicó Young, quien añadió que la posición dominante de su rival en este mercado "no beneficia a los pacientes".
Fuente: Cinco Días