Carlos Lens.
Su marcha era vox populi, aunque esto no significa que el impacto de su despedida vaya a tener menos impacto. Carlos Lens ya no es subdirector general de Calidad de Medicamentos y Productos Sanitarios. Su marcha (del cargo, que no del Ministerio de Sanidad) se confirmó el pasado viernes, cuando tanto él como el departamento acordaron su cese.
Así lo confirman fuentes del Ministerio de Sanidad que, en cambio, no pueden precisar quién va a ocupar su lugar. El cese todavía no se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y el puesto, que tiene aparejada la responsabilidad de la secretaría de la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos entre otras, ha quedado desierto, auqnue todo apunta a que Carolina González-Criado será su sustituta, como adelantó en exclusiva Redacción Médica.
La figura de Lens ha sido de vital importancia durante los últimos años en el sector farmacéutico. Era el principal responsable de negociar los precios de los medicamentos con los laboratorios y bajo su mano se han aplicado tanto nuevas fórmulas de financiación pública (como los techos de gasto o los precios revisados periódicamente) como gestionado políticas de reducción presupuestaria. Todo ello en el marco de la crisis económica sufrida durante la presente década en la que aplicó mano firme unas medidas estalares que condujeron a descensos de dos dígitos en el gasto farmacéutico.
Con todo, la industria del medicamento no va a recordar al ya exsubdirector de Sanidad como a un villano, sino más bien como a un sheriff muy rígido con el cumplimiento de la ley. De hecho, varios altos cargos de las compañías consultados por este medio han descrito su gestión como “dura pero justa. Se le va a echar de menos. Era una persona inflexible, en las formas y en el fondo, pero tenía unos conocimientos que pocos más tienen en nuestro país. Todos en este sector hemos tenidos nuestros más y nuestros menos con él”, remarca un directivo que ha cruzado los sables con Lens. “Carlos desbocado era un tío muy duro, pero eso no implica que no haya que respetar las herencias que deja”.
Legado
Y es que el legado de Lens, admirado y odiado a partes iguales, es numeroso. Además de las nuevas fórmulas de pago antes citadas, también ha llegado de su mano la nueva oleada de medicamentos oncológicos, incluida la inmunoterapia en cáncer, ha llegado bajo su mano. Además, afrontó y participó en el reto de desarrollar la estrategia nacional de hepatitis C, en la que se incluyeron los nuevos antivirales.
“Es un hombre de personalidad, carácter y formas vehementes”, indica por su parte un veterano directivo del sector farmacéutico, que lleva tratando con Lens desde hace décadas. “Y como había estado en la industria (en su momento estuvo en compañías como Bristol Myers-Squibb o Abelló) era consciente de los problemas del sector. Eso sí, si ibas con alguna milonga te sacaba del despacho a ostias. En este sentido, no conocía amigos. De hecho, ha habido compañías con las que ha acabado muy mal porque consideraban que era inflexible en la negociación”.
Sin sitio
A pesar de que su marcha era esperada, fuentes de la industria consideran que ha sido más abrupta de lo que debería haber sido. La relación de Lens con Encarnación Cruz Martos, directora general de Farmacia desde mayo de 2017, era fría y distante y había desembocado en la sensación generalizada de que “se había quedado sin sitio en el Ministerio de Sanidad”.
Sin embargo, Lens no se va a desvincular del todo de la política sanitaria. Va a permanecer, al menos temporalmente, como asesor de la secretaría general de Sanidad en el desarrollo de la estrategia nacional de Medicina Personalizada. Mientras tanto, es de esperar que mantenga su prolífica producción literaria de los últimos años. Como ya dijera en una entrevista concedida a esta casa, “parafraseando a Antón Chejov, la Medicina es mi esposa legal y la literatura mi amante”.
Fuente: Redacción Médica