La resistencia a los antimicrobianos es un auténtico reto de salud pública. Decenas de años de uso indebido de los antibióticos ha provocado la proliferación de patógenos farmacorresistentes difíciles de tratar y, por tanto, fatales para la salud de las personas. Para 2050, la resistencia a los antibióticos podría cobrarse la vida de 10 millones de personas y ser la primera causa de muerte en el mundo. Pero la COVID-19 ha adelantado esas previsiones. "Estimamos ya que en 2040 la resistencia antimicrobiana puede matar igual o más que el cáncer", ha explicado Cristina Nadal, directora ejecutiva de Policy de MSD en España.
Ante esta "pandemia silenciosa", una de las diez principales amenazas sanitarias a las que se enfrenta la humanidad según la OMS, la biotecnología española tiene mucho que decir. La Asociación Española de Empresas Biotecnológicas (AseBio), a la que pertenecen más de 300 entidades, ha presentado este martes el ‘Mapa de capacidades de AseBio frente a la resistencia a los antibióticos’ para poner en valor el papel de tecnologías estratégicas en la lucha contra a esta amenaza; en un momento, además, de sequía innovadora. "Hay 43 antibióticos en desarrollo, pero muchos de ellos se encuentran en fases muy tempranas y probablemente no a ver a la luz", ha advertido Nadal, coordinadora también del Grupo de Trabajo de Resistencia de Antibióticos de AseBio.
El sector ‘biotech’ español es capaz de ofrecer soluciones transversales a la rápida propagación de baterías altamente resistentes, también llamadas bacterias multirresistentes (BMR), que provocarían en España en torno a 23.000 muertes anuales, según un estudio de la SEIMC. Algunas de ellas no serían solo multirresistentes, sino que podrían ser calificadas de ‘panresistentes’, en opinión de Nadal: "Son resistentes a todo tipo de antimicrobiano que pueda existir; es un problema real de salud pública".
Al respecto, "España está haciendo una investigación científica destacada", ha afirmado. Tanto es así que las 2.461 publicaciones científicas españolas sobre "Antibiotic resistance" en el periodo 2018 a 2022 representan el 4,1 por ciento de las publicaciones mundiales; mientras que las 932 publicaciones españolas con el término "Antimicrobial resistance", en ese mismo periodo, representan el 4,4 por ciento de las publicaciones a nivel mundial, según recoge el ‘Mapa de capacidades’ difundido por la asociación biotecnológica.
Durante el biodesayuno organizado para presentar este documento, desde AseBio han destacado que 43 de sus socios están realizando acciones directas dirigidas a combatir la resistencia a los antibióticos. La mayoría de estos se centran en salud humana, pero una cuarta parte focaliza sus actividades en salud animal o lo hace de forma transversal. Investigación sobre compartimentalización celular, medicamentos basados en microbiota intestinal o vacunas contra los patógenos bacterianos más preocupantes son algunas de estas soluciones alternativas e innovadoras con sello nacional.
Daniel López, investigador principal del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), avanza en sus investigaciones en la existencia de microdominios funcionales de membrana (FMM) en bacterias y su implicación en procesos celulares relacionados con la virulencia de los patógenos y la resistencia a los antibióticos. "Hemos descubierto que las bacterias son capaces de organizar en su membrana pequeños compartimentos; esto es novedoso porque, en teoría, son organismos sencillos", explica.
Pero, ¿qué pasa si se rompen esos compartimentos? Para ello, el equipo de López ha desarrollado una batería de compuestos que perturban la organización de los FMM y con ello, inhabilitan las proteínas de resistencia los antibióticos. "Al perturbarlos, conseguimos que baterías resistentes dejen de serlo", resume López.
La empresa española Vaxdyn no se diferencia por la solución que propone, sino por su tecnología. "Usamos una tecnología diferenciadora que nos hace muy competitivos", ha aclarado Juan José Infante, CEO de esta biotecnológica sevillana. Seis microorganismos han demostrado, en los últimos tiempos, mayores niveles de resistencia a diversas generaciones de antibióticos. "Para el neumococo ya hay vacuna, pero hay otras cinco. Nosotros tenemos una tecnología que es capaz de generar vacunas contra cuatro de esas cinco restantes", ha precisado Infante.
Vaxdyn forma parte de la cartera de CARB-X, una aceleradora financiada por la Fundación Bill Gates, EE.UU. y Reino Unido. Su vacuna más avanzada, en fase preclínica, actúa contra la klebsiella pneumoniae, la batería que provoca más muertes de bebé recién nacidos en el mundo. "La Bill & Melinda Gates Foundation dice que, si vacunáramos con una vacuna de klebsiella a embarazadas, para proteger al neonato, salvaríamos 80.000 vidas y 400.000 casos de sepsis neonatal". Esta vacuna está cerca ya de su primer ensayo clínico, dentro de un año.
Otro de los proyectos novedosos es el desarrollado por la compañía biofarmacéutica Mikrobiomik. MBK-01 es el primer medicamento biológico basado en microbiota intestinal que ha finalizado la fase III para el tratamiento de la infección intestinal por Clostridioides difficile. El CEO de la startup, Juan Basterra, ha explicado que es el "primer antibiótico ‘no antibiótico’"; es decir, con un efecto similar, pero basado en el reseteo de una microbiota enferma, disbiótica, por una microbiota sana de un donante validado.
El MBK-01 ha sido calificado por la EMA como una nueva sustancia activa. Actualmente, Mikrobiomik se encuentra en una ronda de financiación para lanzar este medicamento al mercado europeo durante el primer semestre de 2025. "Solo hay dos medicamentos autorizados por la FDA, pero tenemos ventajas competitivas importantes. Estos medicamentos se administran después de una pauta completa de antibiótico. Nuestro producto va directo, sin tratamiento antibiótico previo", ha destacado Basterra.
Otro de los participantes en la charla organizada por AseBio, Rosario Cerrato, directora de Innovación de Ingulados Research, ha pedido hacer un esfuerzo en I+D en la caracterización de nuevas moléculas con actividad antimicrobiana frente a estos patógenos multirresistentes que afectan tanto al hombre como a los animales: "El medio ambiente puede ser reservorio de estos patógenos, y a la vez fuente de nuevas soluciones, por lo que el enfoque One Health se convierte en una estrategia necesaria para abordar la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos".
La principal línea de investigación de Ingulados es el estudio de la microbiota y la caracterización de compuestos biactivos con actividad inmunomoduladora y antimicrobiana. La utilización de estos compuestos en animales mejora parámetros productivos y de salud, contribuyendo a la reducción del uso de antibióticos.
Fuente: El Global