José Ramón Luis-Yagüe, Amelia Martín Uranga, Isaac Túnez, Pedro J. Navarro. Jesús Ponce y Juan Yermo.
España es un referente en cuanto a estudios promovidos por compañías farmacéuticas hasta alcanzar ser el segundo país con mayor volumen de investigación para su desarrollo, solo por detrás de Estados Unidos. Sin embargo, la participación de Atención Primaria está lejos de estos datos positivos: solo un 7,5 por ciento de las investigaciones contó con la presencia de al menos un centro de este nivel asistencial. Farmaindustria ha presentado este jueves en Málaga un decálogo para revertir esta situación a través de ocho recomendaciones, entre las que destaca el desarrollo de una estrategia autonómica específica o avanzar en la implantación de la historia clínica unificada entre niveles asistenciales.
Las recomendaciones para impulsar la investigación clínica con medicamentos en el ámbito de Atención Primaria se dividen en ocho propuestas que, a su vez, se desgranan. Una de las primeras se centra en el desarrollo de una estrategia de, como mínimo, nivel autonómico. Para ello, será necesario designar a un responsable de investigación en Primaria, definir los objetivos y los indicadores; crear un registro de investigadores a este nivel, establecer estructuras de apoyo y habilitar en los centros de salud espacios "adecuados" con la "dotación precisa" para la realización de la investigación clínica.
Para hacer más factible una mayor incorporación de esta práctica se vuelve imprescindible que la tecnología se sitúe al servicio de la investigación clínica. En este punto lo primero es generar grandes bases de datos poblacionales para facilitar el acceso del investigador, pero también es necesario avanzar en la implantación de una historia clínica unificada, integrar los datos de salud con información de vida real o variables medioambientales, y, sobre todo, avanzar en la digitalización.
Pero para que todo esto sea posible hay que fomentar la cultura investigadora, por lo que la asociación propone el diseño e implantación de un programa de formación para investigación en AP, dirigida a todos los perfiles que componen los equipos; establecer un sistema de certificación de centros que realizan esta investigación y crear ayudas para el fomento dirigidas a médicos residentes, entre otras cuestiones.
Otra de las recomendaciones se centra en tejer redes que lo incentiven y en la que se agrupen profesionales de dos niveles asistenciales para patologías de especial interés, o activar un espacio virtual de comunicación para las redes creadas. En este punto, Farmaindustria recomienda facilitar la participación de Primaria en proyectos liderados por sociedades científicas.
Todo esto resultaría más sencillo si se facilitara, reconociera e incentivara la investigación clínica con cuestiones con la extensión ayudas específicas o incorporar y prever reservas de tiempo para ello o incluir en nómina como concepto salarial retribuciones económicas destinadas al equipo investigador.
En el documento también se pone el foco en otro tipo de agente imprescindible: el paciente. Por ello, se promueve la participación e interés de la sociedad, a través de la colaboración con entidades y organizaciones de pacientes, con campañas de comunicación o con la facilitación de la valoración de protocolos por la población enferma o de sujetos sanos.
El sector privado también tiene un papel protagonista y tareas por delante. Farmaindustria solicita establecer cauces de comunicación entre los responsables de I+D+i en Primaria en las consejerías y los responsables de la industria farmacéutica para alcanzar un contacto periódico en pro de la investigación clínica con medicamentos en Atención Primaria. Junto a ello, plantea implantar programas de cooperación en investigación clínica entre estos dos agentes "para impulsar las capacidades locales en investigación".
Finalmente, se dedica un apartado a la armonización, simplificación y agilización de la gestión de la investigación clínica, con la propuesta de una "ventanilla única" para la autorización y gestión de ensayos clínicos en Atención Primaria y con el avance en el establecimiento de conexiones entre centros coordinadores y satélites en el reclutamiento de pacientes a través de un modelo único de contrato entre estos centros.
Las ventajas de contar con esta práctica en Primaria permiten acercar el ensayo al paciente, de manera que facilita la equidad, mejora la calidad de los estudios, sobre todo en aquellas patologías tratadas en este nivel asistencial, tal y como sostiene el documento de Farmaindustria.
"Promover la participación de Atención Primaria en la investigación no es solo una necesidad, sino una oportunidad para los sistemas de salud", reza el decálogo llamado Recomendaciones de buenas prácticas para el fomento de la investigación clínica en Atención Primaria.
Fuente: Redacción Médica