A medida que una persona va envejeciendo, sus capacidades físicas, mentales y funcionales, por norma general, se van deteriorando; sin embargo, existen ciertas intervenciones que contribuyen a ralentizar este proceso, como es el caso de los medicamentos, que suponen un gran activo tanto para la prevención como para el tratamiento de enfermedades y la mejora de la calidad de vida de las personas.
Esta es una de las principales líneas de investigación en la que se centra el nuevo informe de la consultoría AFI, 'Contribución socioeconómica de los medicamentos y de la industria farmacéutica en España’, que destaca que no todos los países otorgan la misma relevancia a los medicamentos dentro de sus estrategias de cuidado de la población. En España, el gasto público en medicamentos dispensados en farmacia comunitaria (en términos per cápita y en euros ajustados por el poder adquisitivo de cada país) es un 19% inferior al promedio de la Unión Europea.
El informe no se queda aquí, ya que está claro que la principal contribución de los medicamentos se basa en la mejora de la salud de los ciudadanos, sin embargo, no es la única. El gasto público en medicamentos tiene efectos indirectos sobre el ahorro en otras partidas de gasto, cuyos niveles dependen del propio estado de la población. En este sentido, el estudio de AFI cuantifica esta relación en el caso español a través de otras tres partidas de gasto público: pensiones de jubilación; prestaciones por enfermedad y gasto hospitalario.
La principal contribución de los medicamentos se basa en la mejora de la salud de los ciudadanos, sin embargo, no es la única
En torno a las pensiones de jubilación, las proyecciones demográficas de la Comisión Europea indican que, en un futuro cercano, el porcentaje de residentes en edad de jubilación podría aumentar drásticamente, pasando del 20% de la población mayor de 20 años al 40% en los próximos 25 años. Este cambio demográfico plantea un desafío considerable para el sistema de pensiones, que podría verse sometido a una mayor presión financiera.
En este contexto, el informe indica que la mejora en la salud poblacional gracias a medicamentos y tratamientos eficaces se convierte en un elemento clave para aumentar la productividad laboral. Una población más sana no solo tiende a trabajar durante más años, sino que también tiene mayor capacidad para contribuir activamente a la economía. Esto podría resultar en una menor dependencia del sistema de pensiones, aliviando así la carga financiera sobre las cuentas públicas.
En cifras, el informe recoge que con un incremento de un euro en el gasto en medicamentos de farmacia comunitaria puede añadir hasta 5,3 días a esta esperanza de vida, mientras que un euro más en medicamentos hospitalarios puede aportar 3,9 días. Esta mejora en la salud permite que más trabajadores pospongan su jubilación, resultando en un ahorro de 0,4 euros en pensiones por cada euro adicional destinado a medicamentos.
El análisis de AFI apunta que un incremento de un euro en el gasto público por habitante en medicamentos hospitalarios está asociado a una disminución de 0,006 días en la duración media de las hospitalizaciones, lo que contribuiría a reducir en 0,31 euros el gasto público hospitalario no farmacéutico por habitante
Por parte de las prestaciones por enfermedad, el informe subraya que, según las estimaciones de Afi, un incremento de un euro en el gasto público per cápita en medicamentos en farmacia comunitaria está asociado a una reducción de 18.000 bajas por enfermedad cada año en España. Es decir, por cada euro adicional de gasto público per cápita en medicamentos en farmacia comunitaria, el gasto público en prestaciones por enfermedad se reduciría en 0,31 euros por persona en promedio anual.
Por último, los medicamentos también permiten tener una recuperación más temprana de los pacientes ingresados en hospitales, lo que se traduce en un ahorro en gasto hospitalario claro. Más concretamente, el análisis de AFI apunta que un incremento de un euro en el gasto público por habitante en medicamentos hospitalarios está asociado a una disminución de 0,006 días en la duración media de las hospitalizaciones, lo que contribuiría a reducir en 0,31 euros el gasto público hospitalario no farmacéutico por habitante.
Fuente: ConSalud.es