Mientras el Sistema Nacional de Salud (SNS) continúa recuperándose de la crisis sanitaria acontecida en los últimos años debido a la pandemia de COVID-19, todos los actores que conforman este sector han tenido que enfrentarse paralelamente a nuevas avenencias que han surgido en 2022 como la crisis de suministros, el elevado precio de la energía y otros factores asociados a la producción y las demoras en el acceso a la innovación.
De cara a 2023, la industria sanitaria ya tiene su mirada puesta en las novedades que va a traer consigo el desarrollo del PERTE de Salud, la tramitación de la nueva Ley de Garantías y la digitalización del Sistema Nacional de Salud (SNS). Por su parte, las preocupaciones que se llevan arrastrando como la citada crisis de suministro y la petición de indexar precios continúa en la nueva temporada que comienza.
En este sentido, El Global habla con las principales entidades representativas de la industria sanitaria para conocer cuáles son sus expectativas, retos y necesidades particulares de cara al nuevo ejercicio.
La transformación del SNS y su adaptación a la época ‘postcovid’ tiene en el PERTE de Salud de Vanguardia el principal eje sobre el que pivota. El Gobierno puso en marcha en 2021 este mecanismo que, con una dotación global que alcanza los cerca de 1.500 millones de euros, tiene en este 2023 el plazo límite para la ejecución de las estrategias e inversiones que contempla.
Así, 2023 es el año clave para su completa materialización, lo que justifica la especial mirada que pone el sector en él de cara al nuevo ejercicio. “2023 debe ser un año en el que seguir avanzando hacia un SNS más moderno, inteligente y digital. Para este fin, hay que reforzar la colaboración público-privada con sectores estratégicos y esenciales, y optimizar las oportunidades que nos ofrece el PERTE Salud de Vanguardia y los fondos NEXT Generation UE de los que se nutre”, indica al respecto Margarita Alfonsel, secretaria general de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin).
Desde la Asociación de Empresas de Biotecnología (Asebio) también ponen énfasis en la necesidad de optimizar este PERTE y, en concreto, las inversiones y los plazos de ejecución. “Celebramos que el PERTE se está ejecutando a través de distintas convocatorias e instrumentos. Sin embargo, aunque está diseñado con vocación de colaboración, los instrumentos concretos no han sido capaces de involucrar a la academia y a la industria a partes iguales. De los 989 millones de euros programados a las empresas biotecnológicas ha llegado alrededor de un 2%”, valora Ion Arocena, su director general. Ahora bien, desde Asebio se entra en 2023 con mentalidad positiva: “estamos seguros de que este ratio mejorará”, concreta Arocena.
Si hay un sector acostumbrado a estar pendiente del ámbito legislativo, ese es el sanitario y farmacéutico. En este sentido, 2023 no será una excepción. Son muchas las normas a atender en el nuevo ejercicio señaladas por la industria sanitaria. Por encima de todas, por su afectación directa, la nueva Ley de Garantías cuyo primer borrador se espera de forma inminente —el propio director general de Farmacia del Ministerio, César Hernández, llegó a apuntar como fecha el tramo final de este 2022—.
Por ejemplo, respecto a esta Ley, la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG) espera que su desarrollo pueda recoger medidas pro-genéricos “que nos ayude a salir del estancamiento en el que llevamos desde hace siete años. Por ejemplo, con medidas encaminadas a la diferenciación de precio o en condiciones de dispensación preferente entre el medicamento genérico y el de marca”, señala Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, presidente de AESEG.
Desde Farmaindustria, aseguran que estamos “ante la ocasión de reducir la vulnerabilidad del suministro de los medicamentos calificados por la Agencia Española de Medicamentos (Aemps) como estratégicos, reconocer adecuadamente los tratamientos que aportan innovación incremental y mejorar el acceso a la innovación por parte de los pacientes”, gracias a la reforma de la Ley mencionada.
Por su parte, la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp) también lo señala como “reto” al que atender en este ejercicio. En este sentido, su presidente Jaume Pey remarca que desde la colaboración y la responsabilidad, “trabajaremos con las administraciones sanitarias para la adaptación del sector de autocuidado a los nuevos paradigmas que plantea la actualidad, para seguir dando respuesta a los ciudadanos en el cuidado de su salud y al sistema sanitario, contribuyendo a su sostenibilidad”.
En este sentido, la directora de la Asociación Española de Medicamentos Biosimilares (BioSim), Encarna Cruz, asegura “que puede traer consigo soluciones a retos relacionados con las decisiones de precio y financiación, el sistema de precios de referencia, la mejora en los procedimientos de adquisición de medicamentos y la apuesta decidida por políticas nacionales de fomento de los biosimilares”.
Asimismo, el sector del biosimilar espera “con gran confianza” que, de finalizar su tramitación en lo que queda de legislatura, “el nuevo texto se impregne del concepto biosimilar en todos aquellos apartados carentes a días de hoy”, añade Cruz.
Si hay un problema transversal a toda la industria sanitaria en 2022 y que, parece ha sido la crisis de suministros (falta de disponibilidad de materias primas) y el incremento sin precedentes de los costes de factores como la energía y el transporte que son clave en la actividad productiva de las compañías.
“Nos preocupa que, de no tomarse medidas urgentes, la crisis de suministros y componentes electrónicos con la que ha convivido nuestra industria en 2022, unida al incremento sin precedentes de los costes de producción, se extienda a lo largo de 2023 y comprometa la viabilidad de los contratos públicos y, por ende, el acceso a tecnología y productos sanitarios”, opina respecto al sector de Tecnología Sanitaria la secretaria general de Fenin.
También desde el sector de medicamentos genéricos se alerta —“sin crear alarma social”, concreta el director general de su patronal—, de esta cuestión. “No hay riesgo actual de desabastecimientos, pero en el medio plazo, como consecuencia del aumento de costes de fabricación directos e indirectos y precios regulados bajos, puede haber riesgo de discontinuidad de algunos productos”, apunta Rodríguez de la Cuerda.
El director general de Aeseg recuerda que “en otros sectores están repercutiendo estos incrementos en el precio de los productos, pero no olvidemos que el precio de los medicamentos está regulado y fijo”. Por ello, desde esta patronal se solicita que teniendo en cuenta el incremento de costes en la producción por el aumento de los precios de la energía, las materias primas, etc. “y dado que no hay indexación de los precios en función del IPC, se pueda considerar un incremento en torno al 10% del precio de estos medicamentos para que se garantice el suministro de estos medicamentos”, confirma.
Esta solicitud coincide con la planteada por Fenin, que ha solicitado a las administraciones un plan de choque “que evite que las consecuencias de esta crisis se extiendan a lo largo del nuevo año”, señala Alfonsel, y que contempla como principal medida que se habiliten mecanismos de indexación de los contratos públicos que flexibilicen los precios al alza o la baja atendiendo a la actual coyuntura de costes productivos.
En el ámbito nacional, la prioridad de la industria farmacéutica innovadora pasa por el Plan Estratégico para la Industria Farmacéutica en España, cuyas bases fueron sentadas hace tan sólo unos días en la reunión mantenida por máximos representantes de farmaindustria y de las compañías a nivel mundial con el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y las ministras de Sanidad, Industria y Ciencia.
“Este plan supone una magnífica oportunidad para construir una robusta política industrial y de innovación en el ámbito de las ciencias de la vida que convierta nuestro país en un mercado atractivo para la inversión del sector e incluir el apoyo a la industria farmacéutica en Europa en las Prioridades de la Presidencia Española del Consejo de la UE en el segundo semestre de 2023”, inciden desde Farmaindustria.
Por otra parte, en el ámbito continental, BioSim recuerda que se prevé para 2023 la revisión de la legislación general de la Unión Europea sobre los medicamentos de uso humano, que se esperaba para el último cuatrimestre de 2022.
“Esta actualización regulatoria se deriva de la Estrategia Farmacéutica Europea, y pretende mejorar el acceso de los pacientes. En este objetivo, los medicamentos biosimilares tienen mucho que aportar”, exclama la directora de BioSim.
Anefp también tiene en el foco otra normativa continental de aplicación en España: “el reglamento Racional del Medicamento o la aplicación del Reglamento de Productos Sanitarios”, ensalza Pey.
Y, siguiendo en clave continental, Fenin también espera que en este 2023 España por fin aplique un IVA reducido a todos los productos sanitarios, toda vez que la reforma de la directiva Europea del IVA acometida en mayo de 2022 ya permite tal posibilidad a los Estados miembro.
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Fuente: El Global