Imagen de la vacuna de Sanofi. AFP
Malas noticias para Sanofi. Y malas noticias para Europa. La vacuna del laboratorio francés, en un proyecto en colaboración con el británico GSK, es ineficaz en la protección frente al SARS-CoV-2. Es, de momento, la primera candidata experimental que fracasa en los ensayos con humanos y es también un duro golpe para los países de la Unión Europea, por el alto peso del contrato de suministro de este producto de la firma gala.
Sanofi y GSK anunciaron este viernes que han retrasado el desarrollo de su vacuna. Si los planes hasta ahora pasaban por contar con un producto a finales del primer semestre de 2021, ahora las empresas lo llevan hasta finales del año que viene. GSK, en este caso, aporta el adyuvante para conseguir el producto final.
Sanofi planea ahora un segundo estudio, con el objetivo de tener una vacuna dentro de un año. Los resultados de los ensayos mostraron protección en adultos de 18 a 49 años, pero una baja respuesta inmunológica en personas mayores de 50 años, “probablemente debido a una insuficiente concentración del antígeno”, explica el laboratorio galo en una nota de prensa.
El anuncio es un varapalo a los esfuerzos por contener la pandemia por la elevada capacidad industrial de Sanofi. La UE, de hecho, había firmado ya la compra de 300 millones de dosis. Ese contrato es el de mayor volumen en número de envases junto al de AstraZeneca, por lo que este fracaso podría retrasar los planes de vacunación de los países comunitarios. Bruselas ha sellado acuerdos de 200 millones de viales con Pfizer y de 80 millones con Moderna (en ambos casos es necesario administrar dos dosis por persona).
Por eso, es crucial el éxito de los grandes fabricantes de vacunas como Sanofi, que asegura que cuenta con una capacidad industrial de 1.000 millones de dosis en 2021, y de otras empresas como Janssen, de la que se espera datos de eficacia próximamente.
La noticia causaba una caída cercana al 3% en la cotización de las acciones de Sanofi en la sesión de este viernes.
Hasta ahora, Moderna y Pfizer han tenido éxito en las pruebas con humanos, mostrando en ambos casos una eficacia de alrededor del 95%. La de Pfizer ya se administra en Reino Unido, próximamente en EE UU y se espera una autorización comunitaria a finales de mes. En el caso de Moderna irá con algunos días o semanas de retraso. Pero el suministro de ambas compañías es insuficiente. También AstraZeneca ha mostrado eficacia, pero de solo el 62% en su estudio principal con dos dosis.
La vacuna de Sanofi, al igual que la de AstraZeneca, usa tecnología tradicional, es decir, inyecta en los pacientes trazas de virus para que el sistema inmune esté preparado en caso de infección. Las vacunas de Pfizer/BioNtech y Moderna, por el contrario, entrenan células humanas para que produzcan proteínas de virus, una tecnología llamada de ARN mensajero.
La vacuna Sanofi-GSK utiliza la tecnología de las vacunas de la gripe estacional que desarrolla la propia Sanofi y actualmente se encuentran en fase II, por lo que el fracaso impide seguir avanzando a la compañía a una fase III.
Sanofi lanzará un estudio de fase II en febrero, tras obtener datos positivos en un estudio hecho en primates con una fórmula de antígeno mejorada. “Si los datos son positivos, un estudio global de fase III podría comenzar en el segundo trimestre de 2021”, indica Sanofi, que en el escenario más positivo presentaría las solicitudes de aprobación en el cuarto trimestre de 2021.
El grupo francés también está trabajando en otra vacuna candidata con la empresa estadounidense Translate Bio que se basará ARN mensajero, similar a la desarrollada por Pfizer y Moderna. Se espera que los ensayos de fase I de esa segunda alternativa comiencen este mes.
Fuente: Cinco Días