Era cuestión de tiempo que Alicia estuviera en contacto estrecho con un positivo de coronavirus. Pasó a finales de agosto y fue entonces cuando llegaron las dudas: "¿Podré hacerme PCR por la Seguridad Social si no tengo síntomas?". La respuesta era clara: no.
Con el país sumido en la segunda ola de la pandemia, el procedimiento en los centros de Salud ya no es el mismo que se seguía en verano. Antes, los sospechosos se sometían a PCR. Ahora, solo los que tienen síntomas. Alicia, en perfecto estado de salud pero con personas de riesgo a su cargo, no podía esperar tanto; necesitaba hacerse una prueba ipso facto. La pregunta del millón era cuál: test de antígenos (han ganado fuerza la última semana), test rápido, serológico, PCR... Hay tantas variantes, tantas opciones...
Javier Suela, genetista clínico y director científico y de operaciones de la empresa de biomedicina Nimgenetics, desgrana a 20minutos.es las claves de cada una de las pruebas y las divide en dos grandes grupos: las que detectan el antígeno y las que detectan anticuerpos.
Detector de antígenos
En el primer gran grupo estarían las pruebas PCR, los test de antígenos y TMA. Todas ellas tienen en común que detectan el antígeno. Es decir, son capaces de distinguir si hay virus en el organismo o no, aunque cada una lo hace a su manera.
- PCR. Se metió en nuestras vidas desde el principio de la pandemia y es, sin duda, la más conocida por todos, aunque se trata de una técnica que existe desde hace décadas. A través de un hisopo que se introduce en la nariz o en la boca, esta prueba lo que hace es detectar el RNA del virus.
"Se trata de la más fiable, tiene una fiabilidad superior al 95%, según la marca. En medicina no existe el 100%", asegura Suela, que recuerda los primeros días de la pandemia, cuando los falsos negativos y positivos eran la norma. "Eso pasaba principalmente porque la muestra no estaba bien tomada por falta de experiencia. Al principio el porcentaje era altísimo, ya no. También puede haber falsos diagnósticos si la carga viral es muy baja, pero no es lo normal".
Esta prueba, la más cara (en torno a 120 euros si lo hacemos en laboratorio privado), solo ofrece dos resultados: positivo o negativo. Nada más, no hay más interpretaciones. Es la idónea para saber si el paciente tiene o no el virus en este preciso momento. "Lo que hace es coger una muestra, sacar el ARN y amplificarlo. Un negativo no amplifica la secuencia del virus".
Pero ¿cuándo se deberían hacer las PCR? "Solo si hay una sospecha clara", añade Suela. "No se debería hacer a la población general porque al final es un procedimiento lento (entre 3 y 5 horas), por lo que se saturaría el servicio". Esto, sin embargo, no ocurre porque la que debería ser la primera línea de cribado (los test de antígenos) no muestran, de momento, la sensibilidad y eficacia que deberían.
VENTAJAS: detecta el virus.
DESVENTAJAS: lentitud, de entre 3 a 5 horas.
PRECIO: más de 100 euros.
FIABILIDAD: superior al 95%.
- Test de antígenos. Funcionan como un test de embarazo y, a través de una muestra nasal o de saliva, detectan la proteína del virus de manera rapidísima: en cuestión de 10 - 15 minutos minutos. El problema es que "hasta la fecha no disponíamos de test con la sensibilidad y la especificidad necesarios". De conseguirse, serían perfectos para hacer un primer cribado a la población porque ayudaría a desatascar el desbordamiento de los laboratorios. Isabel Díaz Ayuso anunció el viernes que realizará un millón de estas pruebas a los madrileños de las zonas confinadas. En este caso las comercializa el laboratorio Abbott, que asegura que tienen una sensibilidad del 93,3% y una especificidad del 99,4%. Los que se comercializaban al principio de la pandemia tenían una sensibilidad inferior al 30%.
VENTAJAS: Asequible y rápido. Se presume un precio similar al test rápido de anticuerpos. Se supone que la CAM ha pagado a 4,5 euros por la prueba.
DESVENTAJAS: De momento no se venden en farmacias y está por ver la eficacia de los que ha comprado la CAM.
- TMA. Más rápida que la PCR (el resultado está en menos de dos horas). El problema que presenta esta prueba es que se necesita una tecnología muy concreta de la que no dispone todo el mundo, a diferencia de la PCR. Esa es su principal desventaja. El nivel de fiabilidad es el mismo que el de su competidor más directo.
VENTAJAS: Más rápida que la PCR. Precio similar a la PCR.
DESVENTAJAS: Usa una tecnología tan específica que no todo el mundo la tiene.
Detector de anticuerpos
En el segundo grupo, tenemos las pruebas que detectan los anticuerpos en sangre. Principalmente dos: los anticuerpos IgM y los anticuerpos IgG. Los primeros suelen aparecer de siete a 15 días después de la infección. Es decir, son la primera "llamada a las armas" de nuestro organismo e indicaría que la infección sigue presente. Los segundos llegan justo después. Se trata de un anticuerpo más "preciso" y aparece a las 2-3 semanas.
Son dos los test que se realizan para ello: el rápido (muestra de sangre en el dedo) o el CLIA/Elisa (analítica). Para Suela, la serología ha funcionado, a seis meses vista, "peor de lo esperado" porque se desconoce cuánto duran los anticuerpos (hasta en un 14% de los participantes del estudio de seroprevalencia del Ministerio de Sanidad desaparecieron) y porque "dicen de manera indirecta si has podido tener el virus, pero la única manera de verlo es a través de la PCR".
- Test rápido: Estuvieron en el ojo del huracán durante la primera ola por su baja sensibilidad. Su procedimiento es sencillo: basta con extraer una gota del sangre del dedo del paciente. El resultado (positivo o negativo en dos tipos de anticuerpos) estará listo en 10 minutos. Su precio ha bajado considerablemente en los últimos meses (en abril rondaban los 50 euros; ahora se pueden conseguir desde 30).
VENTAJAS: resultado listo en 10 minutos.
DESVENTAJAS: baja sensibilidad.
- Test CLIA o ELISA: ambas consisten en una extracción de sangre para detectar anticuerpos. La diferencia entre una y otra es que el test CLIA utiliza "fluorescencia", que es mucho más precisa. "Si el test ELISA te da negativo, el CLIA te puede dar positivo", añade Suela. De ahí, que el primero sea más caro. Un test ELISA puede costar entre 50-80 euros. A diferencia del test rápido, estas pruebas tienen una mayor sensibilidad y, además de indicar si se es positivo o no en anticuerpos, detallan la cantidad, lo que ayuda a entender en qué fase de la enfermedad está.
VENTAJAS: ayuda a entender en qué fase de la enfermedad está el paciente.
DESVENTAJAS: el hecho de que 'desaparezcan' los anticuerpos cuestiona su uso. Los resultados tardan unos días en estar listos.
¿Cómo interpretar los resultados de la serología?
- IgM positiva, IgG negativa: el paciente se encuentra en una fase temprana de la enfermedad, ya que los anticuerpos IgM son los primeros que genera el organismo ante el ataque de un antígeno.
- IgM positiva, IgG positiva: en este caso hablaríamos de una fase tardía, puesto que el paciente ya ha desarrollado anticuerpos IgG, pero aún quedan IgM.
- IgM negativa, IgG positiva: la persona ha pasado la enfermedad y tiene anticuerpos.
- IgM negativa, IgG negativa: en teoría, según estos test, el paciente no habría pasado la enfermedad.
Fuente: 20 Minutos