Una enfermera administra la primera dosis de la vacuna de Pfizer en un hospital de París, el 2 de enero. SAMEER AL-DOUMY AFP
Las farmacéuticas parecen a punto de salirse con la suya. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha ofrecido este martes “desplegar todos los medios necesarios” para cubrir las necesidades de vacunación del continente, incluida la ampliación de la capacidad de producción de las plantas existentes o la construcción de otras nuevas. La oferta, que apunta a la utilización de los nuevos presupuestos de la UE (1,075 billones para 2021-2027), figura en una carta dirigida a los 27 gobiernos de la Unión por parte de Von der Leyen y el presidente semestral del Consejo de la UE, el primer ministro portugués António Costa.
La carta, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, aspira a calmar la inquietud de las capitales ante la lenta puesta en marcha de las campañas de vacunación impulsadas por Bruselas. Y parece ceder a las repetidas demandas y quejas, desde las farmacéuticas a miembros del Parlamento Europeo o del gobierno alemán, sobre la presunta falta de inversión de la UE en las campañas de vacunación.
El texto también supone un intento de frenar propuestas más radicales, como las planteadas por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que llegó a esgrimir la posibilidad de activar los poderes extraordinarios previstos en el Tratado de la UE para imponer a las farmacéuticas la cesión obligatoria de la licencia de fabricación de las vacunas.
Von der Leyen y Costa reconocen que “el desafío más inmediato es la entrega de las vacunas a tiempo y de manera predecible”. Pero abogan por “combinar todos nuestros esfuerzos junto a la industria para aumentar el suministro de vacunas y la capacidad de producción en la UE”. Y señalan dentro del sector, como colaboradores prioritarios, las seis farmacéuticas (Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca, Sanofi-GSK, Johnson&Johnson y Curevac) con las que se han firmado contratos previos de adquisición.
Tras varias semanas negándose a aceptar las demandas de más concesiones económicas a esas farmacéuticas, la Comisión se muestra ahora dispuesta a facilitar nuevos fondos para aumentar la producción, “sea mediante inversión adicional en la mejora o adaptación de las plantas existentes o de otras nuevas, la facilitación de acuerdos entre fabricantes a lo largo de las cadenas de suministro o cualquier otra solución que logre nueva producción de manera segura y expeditiva”.
La carta apunta que “el nuevo presupuesto de la UE, con sus diferentes programas y modalidades de financiación debe ser utilizado a tal efecto”, lo que indica que las farmacéuticas podrían situarse entre las grandes beneficiadas de las nuevas cuentas europeas. La UE pactó el año pasado el mayor esfuerzo presupuestario de su historia, con 1,075 billones de euros para el marco plurianual (2021-2027) y un fondo de 750.000 millones de euros para hacer frente a las consecuencias de la pandemia.
Bruselas había financiado los contratos de reserva de vacunas con cargo a los presupuestos anteriores. Y destinó 2.700 millones para esos contratos, una inversión que las farmacéuticas debían invertir en preparar las cadenas de producción y en cubrir el posible riesgo de que la vacuna no llegase a ser autorizada.
A ello se añaden los cientos o miles de millones de euros pagados por los Estados miembros por el número de dosis que reciben de cada farmacéutica. La cantidad total no se sabe, porque las compañías se niegan a revelarlas, pero Von der Leyen aseguraba este lunes en una entrevista en EL PAÍS que se trata de “una ingente cantidad de dinero”.
El organismo comunitario ha defendido durante semanas su estrategia de negociación, que dio prioridad a un precio que fuera asequible para todos los Estados miembros, desde Dinamarca a Bulgaria, y a un reparto simultáneo en todo el territorio de la UE. Pero, paradójicamente, la Comisión, ha sido criticada duramente criticada, desde el Parlamento europeo hasta miembros del gobierno del gobierno alemán, por haber logrado un buen precio para las vacunas aprovechando que ha negociado en nombre de los 27 países de la UE, con un total de 448 millones de habitantes. Su capacidad de regateo era previsiblemente mayor que la de Reino Unido (67 millones de habitantes) o Israel (apenas 9 millones de habitantes, menos que Bélgica o Portugal).
Las críticas han hecho mella en la posición de Von der Leyen, sobre todo, desde el garrafal error del pasado viernes, cuando la Comisión planteó un reglamento de restricciones a la exportación de vacuna que ponía en peligro la libre circulación entre las dos partes de Irlanda. Bruselas dio marcha atrás y evitó el choque con Dublín y Londres. Pero la presidenta de la Comisión sigue bajo fuego cruzado y lleva 48 horas intentando salir indemne de la refriega sobre las vacunas.
Este martes se ha reunido, a puerta cerrada, con los principales grupos del Parlamento Europeo donde, según fuentes presentes, ha defendido la estrategia de vacunación. Von der Leyen ha reconocido durante los encuentros que la expansión inmediata de la capacidad de producción es una tarea compleja. Y ha abogado por alentar los acuerdos entre las farmacéuticas como los de Sanofi y Novartis para producir la vacuna de Pfizer y BioNTech.
Fuente: El País